El concepto de Espacio de Seguridad / Espacio Sagrado referido a la importancia de valorar y hacer respetar mi cuerpo como un templo sagrado cobra hoy más sentido que nunca.
Hoy, es un día en el que todos aquí en España estamos conmocionados por la noticia de la muerte de la joven profesora que desapareció hace unos días cuando estaba haciendo footing.
¿Qué está pasando en esta sociedad para que ocurra estas barbaridades?
A lo largo de la historia, se suceden hechos de violencia de estas características pero, ahora que los medios de comunicación nos dan tanta información y de una forma tan exhaustiva, parece que cada mujer que muere es de la familia. Y es que así lo siento yo, porque Todas Somos Una.
Y lo que más me conmueve es que suelen publicar y lo que nos enteramos es de las muertes pero, yo me pregunto…
¿cuántas mujeres están muertas en vida?, ¿cuántas de nosotras estamos soportando día a día el desprecio, los comentarios agresivos, la violencia verbal, la soledad de la incomprensión, la vergüenza y el peso de esta lacra que es la violencia machista?
En muchas de las formaciones que ofrezco he sido observadora de un hecho que voy a contaros, con todo el respeto hacia las mujeres que han participado en las formaciones. Muchas de ellas se han dado cuenta que estaban siendo no respetadas, o eran humilladas o agredidas… justo cuando un caballo se lo ha «dicho» con un gesto o con un movimiento. Y, el caballo, es la metáfora del hombre, de la pareja, del padre o del amigo…..
Si, si, mujeres como tú y como yo, normales y corrientes, que han estudiado o no, que tienen carreras profesionales o personales, madres o no, solteras y casadas…en fin….Todas somos Una
Pues bien, hace unos años, cuando hice un Master que se llama The Bridging Principles, por primera vez oí la expresión «Espacio Sagrado«. Es el espacio en el que me siento segura, protegida, que tiene una reglas, unas formas y al que yo permito o no que otros entren. Es un espacio referido al cuerpo físico, al hogar, a la oficina, a mi local de negocio, mi mesa de oficina, mi cocina, etc.…..Estos principios están basados en la sabiduría de los indios lakota americanos, como base para una convivencia pacífica. Y evidentemente, en estos tiempos, nosotros tenemos que recordar porque se nos han olvidado.
¡Cuánta sabiduría olvidada!
Hoy en día lo pongo en juego en todas las sesiones que ofrezco.
Es muy poderoso abrir la conciencia a que mi cuerpo es mi templo y merece ser respetado.
Para ello, hacemos un ejercicio como un juego. Extendemos las manos a los lados y giramos sobre nosotras como derviches . Pues, así tomamos conciencia que ese espacio es «mi Espacio Sagrado» y debe ser respetado pues ahí me siento segura. Saber además que puedo y debo decir NO si me invaden esos límites, me siento incomoda, agredida o simplemente quiero que corra el aire.
Al respecto, la semana pasada brindé una formación y vean lo que sucedió.
Uno de los caballos, Tamus, es experto en invadir de forma sistemática el área de seguridad de los participantes en las formaciones. ¡Claro! es el líder de la manada y se siente en el derecho de «hacerse notar». Evidentemente, hay que tener mucha presencia y determinación para que, sin ramal, nos respete. Pues bien, esta participante mujer estaba con un miedo tremendo grabado en su inconsciente por un accidente que había tenido años atrás… y también por más cosas. Al final, se ha puesto de manifiesto que, sólo cuando ha creído en ella, se ha hecho presente y ha puesto toda la energía en generar un pensamiento del tipo: «voy a disfrutar el ejercicio, yo pongo límites y no permito que me invadan» …..Tamus la ha respetado. ¡Ha sido increíble!
¿Qué puedo decir cómo conclusión?
Los impresentables y asesinos seguirán estando fuera, pero depende de nosotras que empecemos cada una en nuestro ámbito a decir que NO. Yo pongo límites, no permito que me invadan y además me voy a permitir disfrutar de la vida porque soy libre….
¡Que sea un mantra!
Vamos mujeres…aprendamos a trascender el miedo y a seguir adelante….porque Todas somos Una.